De acuerdo con el Ministerio de Educación Nacional (2007), el niño es un ser social: desde su nacimiento se relaciona con el entorno que lo rodea, utilizando diversas formas de expresión, como por ejemplo el llanto, el balbuceo, la risa, los gestos y las palabras; formas que lo llevan a comunicarse con el ser más cercano: la madre; de la misma forma, ella crea un vínculo de comunicación especial con sus canciones de cuna, nanas, caricias, y juegos, que les permite entenderse y fortalecer los lazos los emocionales.
Esto quiere decir que el niño está aprendiendo porque construye relaciones y encuentra elementos de comprensión y vínculos afectivos con el mundo que lo rodea (Ministerio de Educación Nacional, 2007). Es por eso por lo que, en correspondencia con el Ministerio de Educación Nacional (2007), no se debe pasar por alto que esta forma natural de aprendizaje tiene un valor muy importante para el niño, pues, lo ha llevado a relacionarse con el mundo y a satisfacer sus necesidades de una forma placentera, agradable, lúdica y amorosa.
Las personas viven en un mundo de información, donde constantemente se publican libros, revistas, periódicos y una variedad de otros documentos de forma impresa y electrónica (Camargo, et al., 2016). Con tanto material disponible, las personas necesitan saber cómo leer, escribir y utilizar correctamente la información. Camargo et al. (2016) mencionan que cuando se hace esto, se tiene la oportunidad de aprender más y desarrollarse mejor como individuos y como sociedad.
Este proceso de aprendizaje comienza desde el momento en que nace el niño, pero cuando llega al colegio las reglas del juego cambian y, por lo general el niño tiene que afrontar situaciones y/o actividades que, en su mayoría, son principalmente ejercicios mecánicos, planas extensas o lecturas impuestas (Ministerio de Educación Nacional, 2007). En pocas palabras, en los primeros años de vida, los niños experimentan cambios importantes en el desarrollo en una variedad de áreas (Tamis & Rodríguez, 2008). En particular, según Tamis & Rodríguez (2008), la inclusión del lenguaje formal es uno de los logros más anunciados del desarrollo temprano, puesto que, el lenguaje le permite a los niños compartir significados con otras personas, y participar en el aprendizaje cultural.
Sin embargo, sólo en los últimos diez años el concepto de lectoescritura ha ocupado un lugar central en la educación inicial (Justice, 2010). Anteriormente, los expertos rara vez consideraban la lectoescritura como un aspecto importante en el crecimiento y en el desarrollo de los niños. No obstante, la tasa actual de problemas de lectura entre los escolares sigue siendo muy alta, lo que es inaceptable. Conforme con Justice (2010), alrededor del 40% de los niños de cuarto año de educación primaria tienen dificultades para leer incluso en los niveles básicos, y existe una marcada desproporción en el número de niños que provienen de hogares con escasos recursos o pertenecen a minorías étnicas.
En pocas palabras, la lectoescritura se fundamenta en la capacidad de leer y escribir (Cruz, 2018). En correspondencia con Rodríguez (2017), estas son habilidades importantes e indispensables en la etapa preescolar, puesto que, garantizan la persistencia y el aprendizaje del niño en la escuela, así como otras habilidades, verbigracia, el dominio del idioma, la forma de expresarse oralmente y por escrito y la comprensión y el uso de conceptos que posibilitan la incorporación de nuevos conocimientos.
La escritura, por un lado, permite organizar y estructurar el pensamiento y, a veces, incluso los sentimientos, llegando a niveles de expresión más complejos (Cruz, 2018). Por otro lado, la lectura es un proceso complejo, en el que el lector construye el texto con sus vivencias previas (Camargo, et al., 2016). Asimismo, de acuerdo con López (2014), la lectura parte de la comunicación del ser humano, en el que el individuo alcanza a descifrar los signos alfabéticos de un mensaje escrito.
Sin embargo, no se deja sólo en el proceso de decodificación, sino que cubre otro nivel, el de viajar a través de la imaginación hacia sitios nunca vistos, vivir situaciones misteriosas, conocer personajes con diferentes características y pasear en senderos de ensueño que en la vida real no recorre, estimulando así, la sensibilidad del ser humano (López, 2014). En pocas palabras, según Camargo et al. (2016), la lectura es un proceso que va más allá de descifrar caracteres; es un acto de comunicación, un encuentro personal entre el lector y el escritor, que promueve un cambio en los estados internos del lector.
A través de la lectura se experimentan emociones, se intercambian experiencias, se confrontan perspectivas y, sobre todo, se siente el placer estético (Camargo, et al., 2016). La lectura es una forma de acercarse al conocimiento y a la información: se conocen lugares, eventos, situaciones, sistemas y estructuras (Camargo, et al., 2016). Finalmente, conforme con Camargo et al. (2016), la lectura es un proceso complejo que se desarrolla a través de la interacción de otros subprocesos como por ejemplo la atención, la memoria, el lenguaje y la motivación.
Por otro lado, la adquisición de la lectura y la escritura, son procesos que se aprenden dinámica y constructivamente (Santamaría, 2018). Ambos procesos requieren que los niños hayan adquirido ciertas capacidades psicológicas básicas, como por ejemplo, las habilidades cognitivas y una construcción adecuada de pensamiento, verbigracia, la observación reflexiva, la identificación, la comparación, la resolución de problemas, el análisis, la generalización, las habilidades motoras específicas, la formulación de hipótesis y la clasificación (Santamaría, 2018). En pocas palabras, de acuerdo con Cruz (2018), estas dos actividades son primordiales, puesto que, con el comienzo de la adquisición de estos, una nueva etapa comienza.
Etapas de la Lectoescritura Emergente
La alfabetización es un proceso difícil que también es de gran importancia para el desarrollo cognitivo (López, 2014). Aprender a leer y a escribir significa expandir el mundo que rodea al individuo; le hará reflexionar y tener diferentes formas de pensar para conseguir su propio criterio ante las múltiples situaciones de la vida; ampliar sus conocimientos y tendrá la oportunidad de comunicarse utilizando varias herramientas. Según López (2014), la lectoescritura estimula a la persona, puesto que, le da confianza y seguridad para poder interactuar con el mundo.
El aprendizaje de la lectoescritura comprende tres fases diferentes: la lectoescritura emergente, el aprendizaje de la lectoescritura inicial y la lectoescritura establecida (Camargo, et al., 2016). Inicialmente, en correspondencia con Camargo et al. (2016), comienza con el lenguaje oral, y aumenta a medida que los niños experimentan diferentes experiencias de alfabetización en contextos escolares y extraescolares.
La lectura se adquiere mediante el dominio de los sonidos, las letras y el vocabulario, para lograr la fluidez y comprensión lectora (Camargo, et al., 2016). Posteriormente, se avanza la lectura silenciosa, se amplía el vocabulario y se fortalecen las habilidades de comprensión. De acuerdo con Camargo et al. (2016), es importante que los adultos les lean a los niños desde los primeros años de vida y les den la oportunidad de jugar con materiales escritos y trazar líneas con diferentes materiales y superficies.
Lectoescritura Emergente
La lectoescritura emergente se refiere al proceso inicial o preparatorio para adquirir las habilidades de alfabetización (Camargo, et al., 2016). Se llama así porque es cuando la lectura y la escritura emergen o surgen. En correspondencia con Camargo et al. (2016), esto comienza en el nacimiento y en ella es posible lograr un aprendizaje que precede y desarrolle la alfabetización.
Según Camargo et al. (2016), el objetivo de los niños en esta etapa es desarrollar su lenguaje oral y ampliar su vocabulario; familiarizarse con los materiales impresos; conocer las convenciones de la escritura; comprender que se usan palabras para nombrar objetos; reconocer que los sonidos están relacionados con las letras y que las historias tienen un principio y un final; utilizar estrategias para comprender, recordar y comunicar lo que se lee o se escucha y desarrollar las habilidades visuales, acústicas y motoras necesarias para la alfabetización.
La lectura emergente es importante, puesto que, constituye la base para el aprendizaje futuro del código escrito, que es uno de los elementos esenciales para el éxito en la escuela y en las diversas áreas de la vida (Camargo, et al., 2016). En correspondencia con Camargo et al. (2016), este enfoque permite determinar que no existe un momento preciso en el que se aprende a leer y a escribir, sino que este aprendizaje es un proceso que se construye a medida que cada niño alcanza el desarrollo cognitivo necesario-
Aprendizaje de la Lectoescritura Inicial
La lectoescritura inicial hace referencia al proceso de enseñanza y aprendizaje de la lectoescritura (Camargo, et al., 2016). Para aprender a leer y escribir, es importante desarrollar, en un primer momento, la conciencia fonológica, que es la capacidad de identificar y manipular los sonidos en lenguaje oral (Camargo, et al., 2016). Es decir, permite ver que el idioma que se escucha está formado por palabras, sílabas, fonemas, entre otros (Cruz, 2018). Camargo et al. (2016) mencionan que una vez que los estudiantes logran dominar esta habilidad, tienen la capacidad de identificar los sonidos y tienen la posibilidad de entender que las palabras están formadas por sonidos y que estas pueden representarse con letras y palabras.
El entendimiento del principio alfabético es la habilidad que tienen las personas de distinguir qué sonido corresponde a cada letra del abecedario (Cruz, 2018). Con posterioridad, en correspondencia con Camargo et al. (2016), los niños y las niñas son capaces de rememorar patrones y secuencias que simbolizan el lenguaje verbal escrito, lo cual es fundamental para aprender a leer y a escribir.
La fluidez se refiere a la habilidad de leer con una velocidad, una precisión y una expresión adecuada sin atención consciente, realizando diversas tareas de lectura al mismo tiempo (Camargo, et al., 2016). Es decir, es la capacidad de leer un texto en entonación, ritmo, precisión y velocidad adecuada. De acuerdo con Camargo et al. (2016), el objetivo de desarrollar la fluidez es garantizar que la decodificación sea automática, facilitando así, la comprensión.
De la misma forma, es necesario desarrollar el vocabulario (Camargo, et al., 2016). Una persona con un vocabulario bien desarrollado tiene la capacidad de generar una palabra específica para el significado y tiene la habilidad de entender las palabras (Camargo, et al., 2016). Es decir, cuanto más vocabulario se tiene, mayor comprensión y fluidez (Cruz, 2018). De acuerdo con Camargo et al. (2016), para desarrollar esta capacidad, los niños y las niñas tienen que ampliar su conocimiento de las palabras escritas y habladas, lo que significan y cómo se utilizan.
Asimismo, se debe desarrollar el manejo de estrategias de comprensión del texto, las cuales transforman a los estudiantes en lectores activos (Camargo, et al., 2016). La comprensión lectora resulta de aplicar estrategias para comprender y recordar, e involucra estar en capacidad de comunicar lo que se ha leído y explicado. Entender es un proceso activo constructivo que hace posible encontrar un significado a lo que se escucha, se oye o se lee. Por tanto, para alcanzar la relación de niños y niñas con el texto, es esencial que reconozcan cuando entienden un texto y cuando no. De esta forma, según Camargo et al. (2016), pueden saber cuando utilizar o no una estrategia de comprensión.
Lectoescritura Establecida
Esta es la fase después de aprender la lectoescritura y ocurre cuando ya se han logrado las capacidades de la lectoescritura inicial (Camargo, et al., 2016). A lo largo de esta fase, en correspondencia con Camargo et al. (2016),e s necesario que el maestro aplique estrategias que permitan que alumno siga desarrollando la lectura, especialmente expandiendo el vocabulario, la comprensión de la lectura y la escritura.
Importancia de la Lectoescritura en Niños
La lectoescritura es importante para los niños, puesto que, es el principal medio para desarrollar un buen lenguaje (Camargo, et al., 2016). A través de la práctica constante de la lectura, el lector asimila y comprende, entre otras cosas, palabras, expresiones, formas gramaticales y ortografía que se entienden e incorporan a su aprendizaje. A medida que los niños leen cuentos, además aumentar su vocabulario, aprenden gradualmente a organizar las palabras en el lenguaje. Según Camargo et al. (2016), los niños generalmente muestran este conocimiento cuando inventan sus propias historias.
En el mismo orden de ideas, la lectura estimula la creación de textos (Camargo, et al., 2016). Actualmente, la lectura y la escritura ya no se entienden como procesos independientes, sino como procesos interactivos que se enfocan en el significado. Este nuevo enfoque modifica conceptos tradicionales en los que la lectura se concibe como un proceso de decodificación y la escritura como un proceso de codificación. El fin último de esta nueva concepción es la construcción del significado, en el que ambos procesos, en constante relación, estimulan la creación de textos y la necesidad de leer más. En pocas palabras, según Camargo et al. (2016), la lectura y la escritura están interrelacionadas, respaldadas e involucradas con el pensamiento.
Asimismo, la lectoescritura estimula la imaginación, que es una habilidad básica en todos los procesos creativos, sin embargo, las investigaciones en niños y adolescentes han demostrado aquellos que se basan únicamente en imágenes proporcionadas por los medios de comunicación, no desarrollan su imaginación de la misma manera (Camargo, et al., 2016). En correspondencia con Camargo et al. (2016), cuando los estudiantes tienen acceso a la literatura, tienen la oportunidad de usar el lenguaje de diferentes maneras y conectar oraciones y palabras llenas de emociones, sentando así, las bases para que los niños desarrollen la creatividad y promuevan la expresión.
Por un lado, la oportunidad de leer y de estudiar el mundo que ofrece la literatura inspira imaginación la creativa (Camargo, et al., 2016). Al comprender el texto, los lectores pueden crear sus propias imágenes de los personajes, escenarios y de las acciones narradas. Todas estas imágenes relacionadas son construidas por los lectores, basándose en su propias experiencias e interacciones sociales. Por otro lado, según Camargo et al. (2016), la escritura también desarrolla la creatividad, ya que, anima a los niños y a los adolescentes a expresar su afecto e imaginación a través de la poesía, cuentos, parodias y otros medios de expresión.
En el mismo orden de ideas, la lectoescritura determina el proceso de pensamiento (Camargo, et al., 2016). En correspondencia con Camargo et al. (2016), la posibilidad del lenguaje escrito y la retroalimentación al escuchar, hablar y producir textos implica cambios en las representaciones, en la conciencia y en la acción, lo que estimula una mayor capacidad de pensamiento.
Del mismo modo, la lectoescritura determina el desempeño escolar (Camargo, et al., 2016). Por un lado, la lectura es una habilidad fundamental para la vida y juega un papel importante en la comunicación, tanto dentro como fuera del entorno escolar. En el contexto escolar, la comprensión lectora favorece el éxito y la estabilidad de los estudiantes en el sistema educativo y su integración social sin riesgo de exclusión. Por otro lado, la producción de diferentes textos mejora la comprensión lectora, y la lectura conduce a un mejor desempeño como escritor. Al estimular ambos procesos, a través de una experiencia combinada, de acuerdo con Camargo et al. (2016), los estudiantes desarrollan un mayor nivel de pensamiento que si se practicaran de forma aislada.
A medida que los estudiantes ascienden de curso, la lectura se convierte en la principal fuente de información en todas las áreas, puesto que, el aprendizaje de nueva información escrita depende del volumen de lectura y de su procesamiento (Camargo, et al., 2016). Además, de acuerdo con Camargo et al. (2016), la lectura enriquece y estimula al alumno, ya que mientras lee, puede enriquecer los textos con sus propias aportaciones, anticiparse al contenido, forjar hipótesis, confirmarlas o rechazarlas, así como, razonar, criticar, concluir, establecer relaciones y sacar conclusiones.
El Papel de los Padres en el Desarrollo de la Lectoescritura
Es en el primer ciclo de la escuela primaria cuando el niño comienza a adquirir habilidades de alfabetización, y esta será la base para el desarrollo del estudiante en las otras clases de la escuela (López, 2014). Por tanto, se requiere el trabajo conjunto de alumnos, padres y profesores; solo así se logra un progreso satisfactorio en todos los estudiantes. Sin embargo, según López (2014), las familias han desarrollado la idea de que la educación de la lectoescritura pertenece únicamente al colegio, por tanto, se encuentra que un buen número de padres no refuerza a sus hijos en las actividades escolares y no los apoyan en las tareas que el docente utiliza para el trabajo en casa.
Esto conlleva retrasos en la formación de determinados alumnos, lo que les genera tensión, puesto que, ellos mismos se dan cuenta de que están en desventaja frente a sus compañeros del (López, 2014). Aquí es donde radica la importancia de el apoyo de los padres en esta etapa. De acuerdo con Camargo et al. (2016), es fundamental que en el hogar, los niños participen en actividades y juegos en torno a un lenguaje oral, que aprendan a escuchar y a tener la oportunidad de expresarse; además de tener contacto con textos impresos y con materiales, en los cuales, logren expresarse mediante dibujos, garabatos, entre otros.
Esto es importante, puesto que, aquellos niños que más han aprendieron sobre el lenguaje escrito son aquellos que, en cuyos hogares, se les permite la interacción agradable y placentera con diferentes materiales impresos de diferente complejidad (Camargo, et al., 2016). Específicamente, la lectura compartida de libros ayuda a desarrollar el vocabulario de los niños pequeños, las capacidades fonológicas, la impresión del concepto de entendimiento y una actitud positiva hacia la alfabetización (Tamis & Rodríguez, 2008). Además, según Camargo et al. (2016), un mecanismo indispensable para estimular el desarrollo de la lectoescritura es modelarles, a los niños, el uso de la lectoescritura en situaciones diarias y crear hábitos y momentos familiares alrededor de los textos escritos.
De la misma forma, un gran número de estudios muestran que la calidad de las interacciones juega un papel formativo en el lenguaje de los niños (Tamis & Rodríguez, 2008). De hecho, la cantidad y el estilo de lenguaje que utilizan los padres al dialogar con sus hijos es uno de los predictores más fuertes de la adquisición temprana del lenguaje. Los niños se benefician de la exposición al lenguaje adulto, lo cual, es diverso y rico en información sobre objetos y eventos es en el ambiente. Asimismo, según Camargo et al. (2016), los padres que responden adecuadamente a las iniciativas verbales y exploratorias de sus hijos pequeños tienden a tener hijos con un lenguaje receptivo y productivo más avanzado, conciencia fonológica y comprensión de la historia.
El Papel de los Maestros en el Desarrollo de la Lectoescritura
El trabajo de los maestros es esencial para el progreso del alumno en la alfabetización (López, 2014). Una vez que los niños ingresan al colegio, los profesores se encuentras con diferencias individuales en el desarrollo, por lo que deben usar diversas estrategias para apoyar y beneficiar a cada uno según con sus intereses y necesidades (Camargo, et al., 2016). Además, de acuerdo con Camargo et al. (2016), los profesores deben detectar qué conocimientos y habilidades tienen los niños y tomarlas como base para fortalecer las experiencias de aprendizaje.
De la misma forma, es necesario proporcionar oportunidades de aprendizaje formales e informales, en las que exista una planificación que involucre a los niños en el aprendizaje del lenguaje, en particular, en el lenguaje escrito, resaltando así, la funcionalidad de este último y lo placenteras que pueden resultar las actividades en relación con el (Camargo, et al., 2016). En otras palabras, según López (2014), el docente debe implementar medidas que ofrezcan al alumno alternativas de aprendizaje en las que pueda mejorar sus habilidades de lectura y escritura; asimismo, deben realizar actividades basadas en el plan de estudios para que puedan lograr el propósito que les encomendó la escuela primaria.
Para ayudar a desarrollar la lectoescritura en los niños, Camargo et al. (2016) recomiendan que los maestros lean periódicamente en voz alta, expongan los conceptos del lenguaje impreso, realicen juegos con el lenguaje que les permita desarrollar una conciencia fonológica y los principios alfabéticos y promuevan la expresión de los niños de forma oral y escrita.
Por: Juliana Eljach Sotomayor
Universidad CES
Asesora: Liliana Calderón PhD
Referencias
Camargo, G., Montenegro, R., Maldonado, S., & Magzul, J. (2016). Aprendizaje de la Lectoescritura. Usaidlea.org. Recuperado 8 March 2021, a partir de http://www.usaidlea.org/images/APRENDIZAJE_DE_LA_LECTOESCRITURA.pdf
Cruz, M. (2018). 5 tips para mejorarla la lectoescritura en niños. Blog CogniFit. Recuperado 11 March 2021, a partir de https://blog.cognifit.com/es/tips-para-mejorar-la-lectoescritura/
López, Y. (2014). LA PARTICIPACIÓN DE LOS PADRES DE FAMILIA EN EL PROCESO DE ADQUISICIÓN DE LA LECTOESCRITURA DE LOS ALUMNOS DE PRIMER GRADO DE EDUCACIÓN PRIMARIA. 200.23.113.51. Recuperado 22 April 2021, a partir de http://200.23.113.51/pdf/30675.pdf
Ministerio de Educación Nacional. (2007). Lectura y escritura con sentido y significado. Mineducacion.gov.co. Recuperado 8 March 2021, a partir de https://www.mineducacion.gov.co/1621/article-122251.html
Justice, L. (2010). La lectoescritura y su impacto en el desarrollo del niño: Comentarios sobre Tomblin y Sénéchal. Enciclopedia-infantes.com. Recuperado 8 March 2021, a partir de https://www.enciclopedia-infantes.com/sites/default/files/textes-experts/es/2468/la-lectoescritura-y-su-impacto-en-el-desarrollo-del-nino-comentarios-sobre-tomblin-y-senechal.pdf
Rodríguez, V. (2017). Lectoescritura y desarrollo de la conciencia fonológica en niños de edad preescolar. Redicces.org.sv. Recuperado 25 April 2021, a partir de http://www.redicces.org.sv/jspui/bitstream/10972/3662/1/0002629-ADTESRL.pdfÁlvarez, E. (2007). Obtenido 8 Septiembre 2020, de https://www.medigraphic.com/pdfs/pediat/sp-2007/sp076g.pdf
Santamaría, M. (2018). Así se realiza el proceso de aprendizaje de la lectoescritura en la infancia. Guiainfantil.com. Recuperado 8 March 2021, a partir de https://www.guiainfantil.com/educacion/escritura/lectoescritura-como-aprenden-los-ninos-a-leer-y-escribir/
Tamis, C., & Rodríguez, E. (2008). Desarrollo del Lenguaje y de la Lectoescritura | El rol de los padres en fomentar el aprendizaje y desarrollo del lenguaje en niños pequeños | Enciclopedia sobre el Desarrollo de la Primera Infancia. Enciclopedia sobre el Desarrollo de la Primera Infancia. Recuperado 22 April 2021, a partir de https://www.enciclopedia-infantes.com/desarrollo-del-lenguaje-y-de-la-lectoescritura/segun-los-expertos/el-rol-de-los-padres-en-fomentar
Comentarios